Los 5 pecados del ramen

Los 5 pecados del ramen

Nunca imaginé que la misión que emprendimos con nuestra marca hace apenas unos meses resultara, al mismo tiempo, tan clara en su propósito y tan exigente en su ejecución.

En Ramen Komainu nos hemos propuesto un objetivo muy concreto: que en tu mesa solo entre auténtico ramen japonés. Queremos protegerte de aquellas versiones que, aunque comparten el nombre, poco tienen que ver con este plato milenario, lleno de tradición, sabor y cuidado artesanal.

En este artículo compartimos cinco claves para reconocer y disfrutar de un ramen auténtico:


1. Espaguetis en lugar de fideos soba

Hace un tiempo, en un mercado de restauración asiática, me encontré con un “ramen” elaborado con espaguetis. El error es claro: los fideos soba sin kansui no son ramen.

Existe un antiguo remedio casero en la comunidad japonesa en España que consiste en cocer espaguetis con bicarbonato para imitar los soba noodles. Aunque ingenioso, el resultado nunca es comparable; en su momento servía para calmar la nostalgia, pero no representa el verdadero ramen.


2. Glutamato monosódico

El glutamato monosódico es un potenciador del sabor muy común en restaurantes asiáticos y en grandes cadenas de ramen, incluso en Japón. Su efecto consiste en intensificar el gusto de manera artificial, estimulando las papilas gustativas y generando una dependencia hacia los alimentos que lo contienen.

Disponible en lugares tan cotidianos como Makro, este ingrediente puede hacer que confundas su potencia con el auténtico umami. Pero el umami real proviene de ingredientes de calidad y técnicas de elaboración cuidadosas, no de aditivos.


3. Caldo de tonkotsu aguado

El caldo de tonkotsu (cerdo) es uno de los más característicos del ramen. Su preparación requiere abundantes huesos (1 kg por cada litro de agua) y largas horas de cocción. Para reducir costes, algunos establecimientos lo diluyen con agua y lo refuerzan con glutamato, sacrificando así la riqueza y densidad que lo distinguen.

Este error es habitual en locales que ofrecen ramen de bajo coste, en detrimento de la calidad.


4. Ingredientes de baja calidad

Un ingrediente icónico del ramen es el naruto: un surimi blanco con espiral rosa, inspirado en los remolinos marinos de la ciudad de Naruto, en el sur de Japón.

En España, muchas personas no conciben un ramen sin naruto. Sin embargo, el surimi de calidad —con sabor auténtico y textura natural— es costoso. Por eso, en la mayoría de los casos, lo que encontramos es un producto que se asemeja más a un adorno de plástico que a un ingrediente digno de este plato.


5. Ramen de supermercado

Un ejemplo ilustrativo: imagina a un japonés comprando una “paella” en una tienda de conveniencia en Tokio. Creerá que come paella, pero en realidad está ante una imitación simplificada. Lo mismo sucede en España con el ramen de supermercado: accesible, sí, pero muy lejos de la esencia de este plato tradicional.


En Ramen Komainu sabemos que nuestra misión no es sencilla. El mercado tiende hacia lo rápido y lo barato, pero nosotros apostamos por la autenticidad. Si logramos que cada día más personas sepan distinguir y apreciar el verdadero ramen japonés, habremos cumplido nuestro propósito.

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